Ojalá la gestión de Simon no se base sólo en la confianza ingenua de creer que podrá arreglar el todo inarreglable, sino en una energía orientada a metas realistas. Si alguna utopía pido como ciudadana es que a la par de ordenar el mundo adulto, atienda el sector educativo. Urgen medidas innovadoras concertadas con el Ministro del ramo.
A mi tema, y como la salud manda, planeo ir hoy al Museo de Arte Italiano adonde ha llegado una muestra de esculturas que proviene de su similar mexicano, el Museo Soumaya de la Fundación Carlos Slim (México). Se mencionan los nombres de Rodin y Dalí bajo el rótulo: “Del mito al sueño”. ¡Ah!, desde hace varios meses la zona que rodea el Museo, se encuentra bloqueada por la construcción de un sistema de corredores para ómnibus de alta velocidad. ¡Cómo llegaré!
Si logro trasponer las puertas de la institución será en todo caso un paseo por la modernidad museable, una colección de estremecimientos muy distintos a los del arte contempòráneo. Aquí una pieza del plástico argentino León Ferrari (1920), que hecha en 1965 a propósito de la guerra de Vietnam, no ha perdido vigencia. Su título y la imagen del Redentor son de por sí provocadoras. Valen incluso como alegoría de la semana en que tras el destape de una conversación telefónica que reveló el modo en que los corruptos se ufanan de sus prebendas, el Apra se iba a pique.
Imagen: La Civilización Occidental y Cristiana, de L.Ferrari.
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