martes, enero 16, 2007

Anestesia cotidiana


Tomar un decisión y aliviar el dolor del mundo. Sorprende la sugerencia del periodista Osvaldo Bayer en su artículo : Un día occidental y cristiano. El relato comienza con un paseo de Bayer, argentino que reside en Alemania, por el Rin. Alguien le alcanza un volante que explica las paupérrimas condiciones de vida de los Lakota-Sioux, población indígena natural de Dakota, EE.UU.. Los Lakota fueron despojados de su fuente de sustento por los cazadores blancos que llegaron a la zona y sus descendientes han vivido sin esperanza. El impreso patrocinado por la Iglesia Católica, solicita a todo ciudadano alemán la contribución en pro de la salud y educación infantil de los indios norteamericanos. En tiempos de globalización, su sugerencia es globalizar también el amor al prójimo.

Bayer lee luego en el diario, que Bush ha decidido un nuevo envío de soldados a Irak. Cuenta con un presupuesto de mil millones de dólares. ¿Como? Y por qué se pregunta entonces, "el Papa no va a Dakota del sur e inicia allí una huelga de hambre ante la realidad de los indios y el hecho de que se va a gastar una cifra no cristiana para matar y bombardear".

Hemos llegado a acostumbrarnos a las contradicciones flagrantes de nuestra civilización. Basta pensar en la lista de tantas otras situaciones que con sólo recuperar nuestra adormecida sensibilidad, quisiéramos que encuentren una salida y ya. Habría que decir paren el mundo que aquí me bajo, o proveerse del valor de un mártir cristiano para entregar la vida por esa causa.

El terreno del arte es fértil en iniciativas para ironizar en torno a nuestra anestesia cotidiana. El italiano Maurizio Cattelán sabe hacerlo de manera punzante. Decidió esculpir a Juan Pablo II cuando todavía estaba vivo, arrasado por un meteorito y tituló su obra: La hora nona (1999). Podría reeditar la situación que se ve en la foto con Benedicto XVI entre los sioux.

A un trío de niños a los que colgó de un árbol en un parque de Milán, otra vez los modelos podrían ser indígenas made in usa. Y ha colocado también la figura de un vagabundo en una calle, para demostrar que podía permanecer allí por horas ante la indiferencia de los transeúntes. ¿Qué tal un luchador indígena hecho en polyester, para una vereda del Central Park?

La obra de Catelán apunta al escándalo con la ayuda de los medios. El escultor que cultiva también el perfomance, sólo dice: Lo real es peor que mi obra.

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