lunes, enero 22, 2007

Ventanas que no son las de Windows


Soñé anoche con una mujer que casi flotaba silenciosa cerca de una fuente. No puedo decir por qué, pero tan sólo verla comprendí que velaba sobre mis actos como una guía. Aún dormida podía yo darme cuenta de que había captado algún plano distinto de la realidad. La imagen femenina visible sólo para mí, me hacía partícipe de las presencias que guían la suerte de los humanos en el mundo. El efecto era una armonía particular, una gran paz.

Me he despertado pensando en la poesía de la secuencia. Pero también, en mi manera de discernir sobre esas criaturas que supuestamente tienen a cargo ayudarnos a seguir el camino de nuestras vidas. Sea un tema, una idea o solamente una intuición, no suelo dedicarle a ésta ni siquiera un minuto durante la vigilia. El esoterismo, la anunciación o las profecías para decirlo así, me son ajenas.

Ejem ejem. Apenas recordé el sueño comencé a buscar entre mis libros alguna pista. Antes que "La interpretación de los sueños" de Freud, elegí el "Libro de los seres imaginarios" de Borges. He aquí la coincidencia. Las Nornas son tres figuras de la mitología escandinava que suelen estar cerca a una fuente, al pie de un árbol que es el mundo. ¡Vaya el mundo es un árbol! Lo suyo es urdir nuestra suerte y sus nombres son un poema: Pasado, Presente y Porvenir.

Al parecer inicio una semana con varias preguntas. ¿Surgirán las otras dos Nornas en mis nuevos capítulos nocturnos? ¿Cuál de ellas será la que ví? ¿Será mejor hacer a un lado el asunto y sumergirme en la vida cotidiana?

Descarto esta última posibilidad. Es bueno salirse de la órbita por una rato y valorar en mucho esas ventanas abiertas diariamente, y que no son las de Windows, después de cada laboriosa jornada: los sueños.
Imagen: Kandinsky

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