El embarazo de Hébuterne había sido su plan B para ligarse al pintor, aún postergando su deseo de pintar y ser una artista. Desde la eternidad podría decir si le bastó convertirse en una auténtica Modigliani.
Jeanne conoció al pintor a los dieciocho años. Él cumplía treinta y cuatro más apegado que nunca a los vapores del alcohol, los delirios del hachís y la vida licenciosa. El Paris bohemio de principios del siglo XX era su testigo. Modigliani a más de pintar y esculpir, fornicaba. ¿Es que alguna mujer se le resistía?
La muerte encontró a la pareja cuando habían pasado menos de tres años de su encuentro al estilo "ni contigo ni sin ti". Los recuerdo aquí en el día del amor y la amistad. Una fecha que suena mejor vivirla con la libertad de la letra "o" del, contigo o sin ti. Ojalá que con el gozo de la letra "y", del conmigo y contigo.
2 comentarios:
Me gusta la historia. No se si sabes que la hija que perdió Jeanne, era la segunda que esperaba. La que si vivió se llamó Jeanne Modigliani. Saludos, Lucho.
Gracias por la observación Lucho. La anti heroina que fue Jeanne mamá, quería consolidar una unión que no había funcionado ni con su primera hija. Hizo que Amadeo firmara incluso un contrato de futuro matrimonio. Por gusto.
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