Una animación, que mezcla la lucha al estilo superhéroe con el rostro de Mona Lisa y la célebre pareja del Angelus de Millet, me hizo soltar un ¿ah…? Casi enseguida me vino a la cabeza una escena de Matrix: Neo no termina de entrar a una habitación con aspecto de loft cuando un hombre lo detiene para registrarlo. Ambos se miran como si quisieran traspasarse hasta que el vigilante detecta que Neo va armado. De seguro lo esperaba, porque al instante una decena de hombres armados al servicio del mundo dominado por las máquinas comienza a dispararle. El héroe lucha con decenas de adversarios.
De los actores salto a la dupla de los Wachowski, directores de Matrix y de allí a otras parejas de hermanos que hacen cine. Qué particular eso de hacerse cargo de una actividad creativa de manera conjunta. Recordé también a los Taviani con su “Padre Padrone”. Tratándose de los Cohen, he visto “Sin lugar para los débiles”. Bardem mantiene los nervios de punta al espectador haciendo de psicópata. Su perfil es una mezcla de Terminator con rasgos del malvado Hannibal Lecter que interpretó Anthony Hopkins a inicios de los noventa. ¡Un horror! Supera todo lo visto para dar a entender que hay seres que no sienten culpas.
Se me ocurre decir qué no debiéramos dejar de celebrar que haya también humanos creativos. Esta breve animación que les mencioné por ejemplo, y que atrae como el mero placer de jugar con el ritmo y con las formas. Para creativos sino, los hermanos cineastas o en general el arte que pone la energía vital en juego. En todo caso un líder político como Martin Luther King cuya desaparición cumple cuarenta años. La conmemoración de su asesinato, hoy en EE. UU., ha sacado a relucir anécdotas de su lucha. Una de ellas nació al momento en que frente al monumento de Lincoln en Washington, lanzó una frase que perdura:" I have a dream".
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