¿Por qué se dirá que en Lima la gente es más feliz en verano?, me comenta uno de mis hijos veinteañeros al salir de un balneario del sur rumbo a casa. ¿Eso se dice? le respondo mientras subimos a mi auto, en realidad a sabiendas de que las calles de la capital estarán más silenciosas que la última semana del 2007. A fines del 2006 digo y no del 2007, salieron de la ciudad rumbo a las playas del sur alrededor de cincuenta mil vehículos. Los que tienen casas en algún balneario a lo largo de la carretera Panamericana o amigos que los invitan, suelen hacer un puente y quedarse por allá la primera semana del nuevo año. Respecto a los cálculos de la Muncipalidad de Lima de este último fin de semana las cifras andan por ahí. El caso es que esa estadía veraniega, aún cuando no sea lo que en lenguaje técnico se llama una localización permanente, influye en la descongestión. Calles menos atiborradas y una mayor quietud en los distritos de nivel B y A parecen contribuir a ese estado de felicidad que se menciona entre quienes pasamos la semana en la capital.
Respecto a las zonas de pobreza local no me deja de inquietar la manera en que los medios de comunicación las ignoran, o dicho a la inversa, la manera en que se identifican con el sector de mayores recursos. Camino al sur conté hasta seis paneles con la imagen del chef Gastón Acurio saboreando un cebiche ( el plato se escribe también con v y hasta con ese). El cocinero sonríe en dirección a la cámara para promocionar una marca de cerveza que ha salido recién al mercado. La intención es decirnos la frase escrita al lado de su rostro: Francamente el Perú es un paraíso.
Aquí como en otros puntos del globo la cocina está de moda y Acurio lidera la corriente que ha comenzado a revalorar nuestros sabores. Enhorabuena, ¿pero no es un tanto extrema la propuesta publicitaria? No voy a hacer de pincha globos mencionando cifras de pobreza extrema y estudios que comparan el desigual crecimiento del país: si los sectores pudientes se disparan, la salida de condiciones de pobreza extrema no guarda el mismo ritmo. Es importante aprender a reconocernos, pero me inclino a creer que las muestras de creatividad publicitaria debieran ser más cuidadosas, para que salir de la postración logre ser un esfuerzo más integrado.
Es dífícil. Al decir de Bolaño a quien como anotaba en días pasados, leo en su voluminosa novela "2666", vivir en esta parte del mundo es definitivamente dífícil. Formamos parte más que de un laberinto, del atroz crucigrama latinoamericano.
Imagen: Trabajadoras de Chilca (kilómetro 64 al sur de Lima), ellas no van a la playa, viven en una localidad con playa todo el año.
1 comentario:
Realmente toda la propaganda esta dirigida siempre a los grupos A y B. Los paneles son extremadamente grandes y hasta diria yo innecesarios ser tan repetitivos. Que fuera una propaganda para las clase mas pobres? y de qûe?
Mariella
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