En busca de información sobre el futurismo italiano y de paso sobre alguna noticia reciente que pudiera vincularse a la corriente vanguardista de inicios del siglo XX retrocedí hasta octubre del 2007. Un acto vandálico reivindicado en esa fecha por la agrupación "ATM Azionefuturista 2007" hizo bastante más sustanciosa mi búsqueda. El asunto tiene que ver con un tarro de anilina roja volcado en la Fontana de Trevi la famosa fuente romana, un hecho que puso en alerta al mundo oficial de la cultura italiana y agregó pimienta al turismo de la zona. Los paseantes dispararon sus cámaras como si con su gesto aprobaran una medida incivilizada con pocas consecuencias. Llamar la atención sin dañar la obra podría a fin de cuentas considerarse una intervención en el lenguaje actual del arte contemporáneo. El objetivo señalado en los volantes encontrados alrededor del monumento barroco, habría sido llamar la atención sobre el presupuesto de un festival de cine local. Ninguna gracia le hizo el asunto al Ministro de Cultura que se pronunció a favor de la generación de nuevas medidas para erradicar el vandalismo cultural.
Mi investigación continuó y para dejarles algo del futurismo diré que Marinetti, el fundador del movimiento y sus seguidores tuvieron amores tan dispares como la velocidad, la tecnología, la audacia y la guerra. Revolucionarios con modos de corte infantil, preludiaron en ello a dadaístas y surrealistas. Sus huellas se dejaron ver incluso en la cocina, de la cual quisieron erradicar los concidos platillos de pasta asciuta ítala. En cuanto a la pintura futurista disfruto en particular con las imágenes de Gino Severini, tema para otra ocasión.
El caso es que en esas me di con Sylvia (Anita Ekberg) y Marcello (Marcello Mastroianni) espléndidamente líquidos, disfrutando del erotismo lúdico tal vez más famoso del cine italiano. Actores de Federico Fellini en "La dolce vita" (1960), quedaron inmortalizados en la secuencia que pueden ver arriba, amén de lograr hacer más conocida la fuente que los personajes (Papas dioses y arquitectos), involucrados en su diseño a través de los siglos.
Sobre mi estilo de hilvanar temas diré que dejo que las asociaciones me conduzcan a un radio de acción que no debe ir más allá del diámetro de una circunferencia trazada con cariño en torno al punto central.
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