Pasado un rato me detuve en lo sucedido y memoriosa busqué un texto de la profesora francesa Eliane Escoubas. El tema era la estética fenomenológica vertido en un seminario al que asistí hace un tiempo. Me había venido a la cabeza la mención de Escoubas de un texto de Husserl: "La tierra no se mueve". El filósofo muestra en él que la tierra de la ciencia, aquella de Copernico y Galileo que sabemos se mueve y gira alrededor de su eje y del sol, no equivale a la tierra de nuestra vida. Tenemos nosotros un suelo que llevamos siempre bajo nuestros pies con un horizonte incluído que no se mueve. Resulta así que no es este suelo el que nos lleva a alguna parte, sino nosotros los que lo llevamos a él.
A considerar una decisión propia llamar o no a este suelo ´nuestro mundo´. En cualquier caso se trata de cuidarlo, darle su tiempo, espacio y oportunidad. Si lo podemos ordenar para que se dirija a sus fines anotando los pasos de cada día en una agenda, pues a ordenarlo. Llámenme ustedes burócrata si quieren. Díganme sino, qué otra manera han encontrado para responder a planes imprevistos.
Imagen: Carlos Amorales.
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