miércoles, mayo 23, 2007

¡Sí quiero!

Una boda. He disfrutado enormemente con las líneas que me ha puesto una amiga para contarme de los preparativos en los que se encuentra envuelta. Se casa su hija y aunque faltan todavía unos meses para la fecha, ha advertido no sólo que el tiempo le queda definitivamente corto, sino que no tiene habilidades para la tarea. Me dice: "En todas estas actividades la ignorancia es mi más fiel compañera. Estoy perdida. Completamente". El humor de A. es sin embargo a prueba de balas. Sumar a su trabajo cotidiano el diseño de trajes, decorados o la confección de la lista de invitados no la priva de su refrescante naturalidad. Admite que no tiene la menor idea de como entrar en materia, sin importarle que se considere ésta una habilidad que viene con el hardware cerebral y no.

Me hace mucho já eso de tener que poner manos a la obra en aquello en lo que no habíamos puesto mayor empeño. Es un hecho que sitúo a mi amiga en el lado de la mujer intelectual y no en el de la socialita, pero también en el lugar de quienes viven la vida con gracia. La imagino incluso explorando los límites de su paciencia creativa. ¿Así que hay sólo un repertorio limitado de flores para colocar en el bouquet de la novia?, ¿y de telas para los trajes?, ¿con cuántos días de anticipación se cursan los partes?, en fin.


Aparte de consultar la experiencia viva, (abuelos, tíos, hermanos, amigos), se puede pegar una
mirada al mundo virtual. Darse una vuelta por Internet para obtener información sobre la organización de la boda, puede ir a cuenta del deseo de que la hija vaya con gozo a la ceremonia del sí quiero. Al tanto de que la acompañan en su gesto, la ternura y el juego.

Imagen: Los novios, Marc Chagall.

1 comentario:

Anónimo dijo...

AUNQUE TE PAREZCA RARO, ES ASI. TENGO UNA AMIGA QUE SE ACABA DE CASAR SU HIJA Y ESTUVO EN LOS MISMOS CORRERIOS. REALMENTE ES BARBARO. AHORA SI FUERA YO, ME CASASRIA CON LA FAMILIA Y PUNTO. PRESENTAME UN NOVIO
MARIELLA