
Es que Nueva Orleans no es solo la calle Bourbon. Voces distintas dan cuenta de la ambivalencia con la que la ciudad vive el éxito de su turismo nocturno. En contrapartida se invita a ver las hermosas casas de Saint Charles Avenue donde para no romper el estilo arquitectónico, inclusive un McDonalds ha sido edificado a la manera de una iglesia. Sino el cementerio de Saint Louis con los mausoleos que construyeron hace buen tiempo familias adineradas. No querían yacer bajo tierra teniendo en cuenta que el terreno pantanoso sobre el que ha crecido Nueva Orleans, pudiera provocar en algún momento la emergencia de los féretros a la superficie. Se puede pasear asimismo, la orilla del rio Mississippi y ver las embarcaciones que lo surcan o detenerse en las docenas de tiendas relanzadas tras la catástrofe del Katrina. Monumentos, iglesias. Ponerse al tanto como no, del vudú de Marie Lavaou, experta a la hora de lanzar sobre alguien el gris-gris, temido maleficio que en Lima equivaldría al daño. O enterarse de su historia. Primero españoles, luego franceses, finalmente norteamericanos fueron quienes tomaron posesión de sus tierras.

No es coincidencia que de pronto recuerde a Pina Bausch, la coreógrafa criticada porque tras una breve visita a Los Angeles y a China quiso retratar ambas ciudades. La salvedad de una crónica es que no hay tal. A contarles de Nueva Orleans me mueve solamente el bendito deseo de escribir.
2 comentarios:
Hola Lichi
Parece que la estas pasando lindo en New Orleans.Cuidado con el gris-gris.Estas en tu salsa,como decimos aca. Disfrutalo al maximo.
A tu regreso charlaremos en vivo y en directo, pero que interesante tu nota sobre la calle.
Good for you. Saludos,
Mariella
Hola Mariella conocer lo nuevo tiene sus riesgos, pero ahi voy. Saludos.
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