En realidad muchísimo. Doscientas obras del artista identificado con la corriente del Art Nouveau, Alphonse Mucha (1860-1939) podrán verse en la galería Caixa Forum en Madrid hasta agosto próximo. La retrospectiva del artista checo, pionero del diseño gráfico publicitario, hace énfasis en su período parisino, es decir en su colaboración visual con el Théâtre de la Renaissance de Sarah Bernhardt. "La divina Sarah" catapultó el trabajo de Mucha al incluirlo en su trabajo no sólo como cartelista, sino como escenógrafo, diseñador de joyas y hasta modisto. A su vez Mucha logró que la imagen de la diva permaneciera en el imaginario colectivo a través de su gráfica, aún cuando no se supiera que él era el autor.
Aparte de la actualidad de la muestra en Madrid, me detuve en las imágenes del dibujante checo por su estilo dulzón de encumbrar la figura femenina. Por contraste me trajo a la memoria la ferocidad de Nietzche al referirse a la mujer en "El ocaso de los ídolos"(1888). De las cuarenta y cuatro "Sentencias y Dardos" que conforman la primera parte del libro, el filósofo dedica varias a expresarse con profundo desdén de la imagen femenina.
Agárrense ustedes. Cito tres de ellas. La número 20: "La mujer perfecta hace literatura como si cometiese un pequeño pecado: a título de tentativa, de paso, mirando en torno por si alguno la observa, y para que alguno la observe..." La número 25: "La satisfacción nos protege hasta de los resfriados. ¿Se constipó jamás una mujer que supiese que estaba bien vestida? Ni aún en el caso de que estuviese apenas vestida". La número 28: "Cuando una mujer tiene virtudes viriles, hay que huir de ella; si no las tiene, ella misma huye".
Me veo en aprietos para conciliar mi admiración por el pensamiento de Nietzche en una obra que no deja títere con cabeza incluido Sócrates, y sus modales para con los cromosomas "XX" de la especie. A considerar que otra hubiera sido la historia si a tan encumbrado pensador "XY" le hubiera correspondido la a su vez desdeñosa Lou Andreas Salomé (1861-1937).
Imágenes de Alphonse Mucha: La poesía, la danza y la música de 1898. A la derecha Gismonda, obra de Bernhardt en 1894.
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