miércoles, mayo 14, 2008

Muchas voces


Los últimos días he estado casi atrapada en un texto difícil y un tanto tedioso centrado en el tema del arte y el psicoanálisis. Necesitaba un respiro, así que interrumpí mi lectura para entregarme al juego de las muchas voces. No es la primera vez que lo hago. Escojo un libro de cuentos y leo sólo la primera frase de cada uno de sus relatos para a continuación, ensayar un orden que podría querer decir algo. Lo hice esta vez con: "Un arbol de noche" de Truman Capote. Las ocho narraciones del estadounidense resultan mi versión del cadáver exquisito que practicaban los surrealistas. Aquí se las dejo.

Era invierno. El taconeo de sus propios zapatos en el vestíbulo de mármol le hizo pensar en cubos de hielo tintineando en un vaso. Desde hacía varios años Mrs Miller vivía sola en un agradable apartamento de un viejo edificio de piedra recién rehabilitado, cerca del río Este. Vincent apagó las luces de la galería. Ayer por la tarde, el autobús de las seis atropelló a Miss Bobbit. Escucha Walter, si le caes mal a todo el mundo, si todos se meten contigo no es sólo por arbitrariedad: tu mismo lo provocas. Se lo que se dice de mí y es cosa suya si se ponen de mi parte o de la de ellos. Saliendo del colegio me iba a trabajar al Valhalla.

Imagen: JorgeMacchi.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Asu! He quedado pasmada con los inicios de los cuentos. Qué tales frases, qué fuertes, qué perfectas. Un genio.
Gracias por compartirlas.

Lichi Garland dijo...

¡Que bonito pasmo!

Anónimo dijo...

Bravazo Lichi!
me dieron ganas de leer a Capote!!
olga

Lichi Garland dijo...

Te envío una descripción de Capote: "Su voz era frágil y arrugada como un tejido de papel. Tenía los ojos de una persona bien dotada, amables y transparentes, luminosos y verdes como jalea de menta. Al mirarme en la semipenumba de la buhardilla parecía admitir que no temía daño alguno de mi parte".