miércoles, octubre 03, 2007

¿Qué niños queremos?

He visto hace poco Sybil una película sobre el destino de una niña maltratada por una madre enferma y el empeño de su terapeuta por librarla de los síntomas que la aquejaban. En realidad Sybil era un caso de personalidades múltiples, cada una de las cuales le permitía sortear las prohibiciones de las que había sido objeto.

Pensaba en la importancia de ser criado con cariño, ojalá que con amor, como una verdad que sigue resistiéndose a ocupar el lugar lo suficientemente amplio que debería tener.

Como para que las instituciones vinculadas a la psicología y la educación salieran cada cierto tiempo de cara los medios para recordarlo. Los padres o quienes los reemplazan al asumir la crianza, dejan huellas profundas en la manera que el individuo que crece se ve a sí mismo y al mundo.

Es ilustrativa una experiencia que el psicólogo Robert Rosenthal llevó a cabo en los años sesenta. Su interés fue explorar la influencia de una actitud atenta de los profesores en el aula sobre sus pupilos. Al inicio del año escolar Rosenthal comunicó a un grupo de maestros que había identificado a los niños más brillantes del aula, dato que debían mantener en secreto.

En realidad no había existido tal evaluación y los nombres de los supuestamente más despiertos habían sido elegidos al azar. Sin embargo, la evaluación de fin de año mostró que las expectativas de los docentes habían colaborado en volver a los niños mencionados en los efectivamente más brillantes.

Nos pasa en el mundo adulto. Si alguien nos advierte que la persona a la que vamos a entrevistar es muy inteligente, una será nuestra actitud. Si por el contrario, la antesala de la presentación es que funciona con una neurona a la que le sobrevuela una mosca, ya está...

La novela "Desde el jardín" de Jerzy Kosinsky va por el mismo rumbo. Si recuerdan ustedes a Mister Chance.

2 comentarios:

Carlos el Narrador dijo...

Buen día

Generalmente no veo las noticias de TV...es como un ejercicio de salubridad...es que los noticieros de TV despliegan sus titulares, tal como si fueran portadas de periódicos de esos que llaman amarilos. Presentan siempre las noticias de la manera mas sórdida... de seguro buscan el impacto y los editores consideran lo mórbido como gran leimotiv. Entonces los espacios para lo verdaderamente humano, resultan como lunares dentro de la hora que suelen durar estos programas.

Dije todo lo anterior, ya que ayer (seguro contradiciéndome) vi los titulares de un noticiero de TV...una de las noticias fue el castigo que una mamá aplicó a su hijo...el hecho me sobrecogió...debido a la acción de castigo la madre ha perdido la potestad de su hijo...¿será que el estado lo hace mejor?

El trato de una noticia de este tipo, requiere de un periodista que tenga humanidad...no digo que los periodistas sean inhumanos, pero dramas como el de esta mamá y su hijo, requieren de toda la profesionalidad posible.

Su post, me motivó a hacer este comentario...¿que vida, esperamos para nuestro hijos?...muy buena pregunta.

Saludos, Carlos el baterillero

Lichi Garland dijo...

Ojalá que una vida en compañía consigo mismos. Lo que puede entenderse, en contacto con un mundo interior oxigenado que sus padres los ayudamos a construir. Sobre el amarillaje, creo que encontramos otros espacios de comunicación para no darnos con ellos.