viernes, abril 04, 2008

La tolerancia de la imagen

¿De que está hecha la realidad? ¿De lo que percibimos con los sentidos o de aquello que experimentamos internamente frente a lo que percibimos? Objetividad versus subjetividad. Pongámonos frente a un semáforo para reconocer que el color rojo, el verde o el ámbar configuran una situación tan simple como funcional: debe ordenar el paso de peatones y automovilistas. Es un lenguaje aprendido al que se somete todo conductor, advertido además de que si lo incumple se hace acreedor a un castigo. Si a un automovilista ´x´ le provocara dejarse llevar por una reacción individual, supongamos que el rojo lo arrebate y lo mueva a pisar el acelerador a fondo, de no estar del todo loco se aseguraría de cometer la infracción cuando no estuviera presente un custodio de la ley.

En el arte visual los márgenes para dejarse llevar por la subjetividad, esto es lo que a cada quien le provoca tal o cual color, o tal o cual forma, están abiertos. Los trazos del artista plástico sobre un lienzo admiten una tolerancia de interpretación muy distinta a la de las señales del tránsito. Sin embargo es preciso también anotarlo, tampoco admiten la arbitrariedad.

Arnheim señala un ejemplo muy didáctico. La obra de Rembrandt, ´Aristóteles contemplando el busto de Homero´muestra al filósofo con un gesto que parece que está pensando algo, pero eso es todo. Lanzar una hipótesis con visos de llegar a alguna conclusión sobre lo que Aristóteles tenía exactamente en mente (¿recuerda lo que escribió de Homero en su poética?,¿reflexiona sobre la sabiduría de los ciegos?, ¿compara la gloria de poetas y filósofos?), sería rebasar el nivel de abstracción indiferenciada que propone Rembrandt.

Vamos y venimos por un mundo que confía habernos socializado adecuadamente, sea en la familia o en la escuela. Se trata de no diferir en aquellos aspectos sustanciales que hacen posilbe la vida en comunidad. El ´raro´ ha sido siempre el artista, por lo general hombre y europeo, a quien se le ha visto como un individuo que se adelanta a su tiempo. La creación de todos los artistas ha pasado sin embargo, a ocupar un lugar en el tejido de la cultura tras la aceptación de una porción aunque fuera reducida de sus congéneres.

Hay historias por docenas. "Las señoritas de Avignon" (1907) de Picasso fue un lienzo recibido con desconfianza incluso por amigos del pintor. Hoy tras el juego usual de interpretaciones y revaloraciones en el campo del arte, ocupa una de las más importantes paredes del Museo de Arte de Nueva York (MOMA).

Estas líneas sólo para pegar una mirada a uno de los grandes temas de la historia de la experiencia estética: la subjetividad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Espacio privilegiado del arte donde la subjetividad tiene licencia...
Pienso que en el arte como en toda las experiencias de la vida (incluida la del semáforo) la subjetividad tiene un lugar preponderante, de lo que se trata, talvez, es de reconocerla como tal (siento esto, quisiera esto, interpreto esto).. Una verdad "nuestra", que no es generalizable ni a otras personas ni a otros momentos...
Gracias Lichi, me encantó tu texto!
Olga

Lichi Garland dijo...

Obtener una licencia para la subjetividad,eso está bonito. Tan necesaria como la que irve para conducir, ¿no?