En los años cincuenta los japoneses agrupados en Gutai dieron por terminado el viaje del arte a través de la historia. Para dar paso a una nueva estética, la pintura debía bajar del vehículo oficial y entonces el arte sería "un algo" desligado de cualquier materia + "otro algo más". Aquí Saburo Murakami (1925-1996) rompiendo papel en una perfomance registrada fotográficamente (los que la vieron la vieron, para el resto la foto). Un auténtico intento de homicidio al caballete y con ello a la pintura que data de 1956.
Para bien o para mal, la posmodernidad hace rato administró las medicinas del caso para que el quehacer pictórico goce de buena salud. No quita una política de puertas abiertas a propuestas alternativas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario