Ordenando mis archivos reencontré un texto sobre paradojas del lenguaje publicitario. Me hizo gracia el copy- paste a cuya fuente le he perdido el rastro. Volví a aquello que es casi mi biblia: cada palabra en su contexto tiene la posibilidad de conducir a un mundo distinto. Nuestra cuerdas vocales están ahí para expresar lo que pensamos, pero depende del hablante usar con propiedad el lenguaje de modo que no sólo comunique sino que abra puertas. Si las palabras nos habitan, no es menos cierto que nosotros habitamos el mundo a través de las palabras.
"Cuando la General Motors introdujo el Chevy Nova en Sudamérica, no se dieron cuenta del significado de "no va" en castellano. Después de enterarse de por qué no vendían nada, le cambiaron el nombre al coche en sus mercados hispanohablantes a "Caribe".
Ford tuvo un problema parecido en Brasil cuando salió el "Pinto". La compañía descubrió que "Pinto" era la jerga brasileña por "genitales masculinos minúsculos". Ford lo sustituyó por Corcel (caballo, igual que en castellano).
En Taiwan, la traducción del slogan de Pepsi "Revive con la Generación Pepsi" quedó como "Pepsi traerá a tus antepasados de vuelta de entre los muertos".
Electrolux, el fabricante de aspiradoras escandinavo, usó lo siguiente en una campaña publicitaria americana: "Nada chupa como un Electrolux" ("Nothing sucks like an Electrolux")". Es evidente qué sentido estaba detrás.
Imagen: Cheri-Samba.
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