Me quejaba hoy de que las mañanas resultaban particularmente difíciles cuando me dí con una imagen del sol de Frida Kahlo, muy pronto centenaria. La mexicana que ha logrado hacerme olvidar la temperatura nació en julio de 1907, y el Palacio de Bellas Artes de México la celebra con una exposición sin precedentes. Más de trescientos lienzos de quien se esmeró por trasladar elementos del folklore tanto a sus lienzos como a su propia imagen.
Kahlo supo sublimar sus padecimientos físicos (contrajo la polio y años después sufrió un accidente devastador), a través del pincel. Asimismo, pudo expresar visualmente su amor atormentado por Diego Rivera con quien se casó dos veces. Autodidacta, optó por un realismo que sin hacer distingos daba cabida a elementos cotidianos, sueños y fantasías. "No me enteré de que era surrealista hasta que André Breton vino a México y me lo dijo", confesó alguna vez la mujer a quien le gustaba enfundarse en trajes tradicionales.
He resultado finalmente enfundada yo misma en los colores y formas de la mexicana que, aunque se inscribió en el Partido Comunista, nunca vio su pintura como revolucionaria. Era sólo su pintura. A través de sus imágenes me doy también un abrazo con el universo (ver pintura). Percibo entonces el calor, que poco tiene que ver con el calentamiento global (lo siento Al), y qué importa el frío.
Imágenes: Frida Kahlo, El sol y la vida,1947; La columna rota, 1944; El abrazo de amor del universo, la tierra,1949.
2 comentarios:
El trabajo de Frida me encanta, tuve la suerte de ver una exposición de ella en Seattle hace unos años, me encantaría ver la expo en Mexico, saludos.
Que suerte marea.La muestra anunciada es excepcional. Saludos también.
Publicar un comentario